José Antonio Coderch y la modernidad mediterránea

El arquitecto catalán contribuyó a redefinir la arquitectura moderna en la posguerra y a recuperar la memoria de lo vernáculo

Casa Ugalde de José Antonio Coderch, © Guiding Architects Barcelona

Aproximación a Coderch

En 2024 se cumplen 40 años de la desaparición de José Antonio Coderch de Sentmenat (1913-1984), un referente fundamental de la arquitectura de posguerra en Barcelona. Aunque su figura ha suscitado ocasionalmente algún debate, esto se ha debido más a aspectos de su personalidad o a sus posturas ideológicas que al cuestionamiento de su legado profesional. Una aproximación objetiva a su obra construida no deja mayores dudas sobre su trascendencia. Coderch fue un arquitecto extraordinario y uno de las personajes más relevantes e influyentes de la arquitectura catalana y española en la segunda mitad del siglo XX.

La obra de Coderch se inscribe en un proceso de renovación de la arquitectura moderna, en el que consiguió destacar incluso a nivel internacional. Formado en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona (ETSAB), su primera influencia importante fue su maestro Josep Maria Jujol, quien le habría inculcado el interés por la arquitectura popular e indirectamente por la obra de Antoni Gaudí. Luego de algunos años de actividad profesional, Coderch se interesó por el legado de Josep Lluis Sert y el Grupo de Arquitectos y Técnicos Catalanes para el Progreso de la Arquitectura Contemporánea (GATPAC), explorando al mismo tiempo las aportaciones de la Arquitectura Orgánica y en especial de Alvar Aalto. En 1959 participó en el último Congreso Internacional de Arquitectura Moderna (CIAM) para adherirse a continuación al Team X, impulsado por Aldo van Eyck y Alison y Peter Smithson, que pretendía tomar la posta de los CIAM renovando sus planteamientos urbanísticos. Sin embargo, su trascendencia fuera de España tiene más que ver con su obra construida que con su participación en estos grupos.

A continuación se hará un repaso de obras destacadas y determinantes de la trayectoria de Coderch, centrado en sus valiosas contribuciones a la ciudad de Barcelona, pero intentando a la vez incluir ejemplos representativos del amplio abanico de tipologías abordadas por el arquitecto a lo largo de su carrera.

Viviendas del Banco Urquijo de José Antonio Coderch, © Guiding Architects Barcelona

1951, el annus mirabilis de Coderch: el año milagroso

En la carrera de ciertos arquitectos hay momentos cruciales que marcan un antes y un después, como por ejemplo el punto de quiebre que significó la casa que Luis Barragán construyera para sí mismo en 1947. Pero tal vez haya pocos ejemplos tan dramáticos como el de José Antonio Coderch. En su caso, el momento decisivo de su carrera se produjo en 1951. En ese año participó de la fundación del Grupo R, realizó el Pabellón Español para la Triennale di Milano y proyectó dos obras que cambiarían el panorama de la arquitectura española y catalana: la Casa Ugalde y las viviendas del Instituto Social de la Marina (ISM) en La Barceloneta.

Fundado en 1951, el Grupo R fue el primer intento de los arquitectos catalanes por retomar el legado racionalista del GATPAC pero incorporando elementos de la tradición tectónica local, lo que llevaría al historiador y crítico Kenneth Frampton a vincularlos con el Regionalismo Crítico. Entre los miembros fundadores se encontraban profesionales tan relevantes como Josep Maria Sostres, Antoni de Moragas, un joven Oriol Bohigas y Manuel Valls, socio de Coderch durante décadas.

Por otra parte, el Pabellón de Milano representó una apuesta por la interacción entre arte, arquitectura moderna y tradición, pero también la superación de un desafío burocrático, con autoridades intentando boicotear la presencia española en el evento y en especial la participación del propio Coderch. La selección de imágenes presentadas en el pabellón era también indicativa de los caminos que Coderch se aprestaba a recorrer: arquitectura vernácula ibicenca, obras de Gaudí y el arte de Joan Miró.

A pesar de alguna notoria excepción, como la casa Ferrer Vidal en Mallorca (1946), la obra de Coderch anterior al annus mirabilis se percibe desde la óptica contemporánea como demasiado apegada a la arquitectura popular, lo que explica su exclusión de algunos libros monográficos. Lo cierto es que hacia 1951, Coderch da un salto cualitativo que solo observadores muy agudos podrían haber presagiado.

La Casa Ugalde, una obra manifiesto

Emplazada en una colina frente al mar en la localidad de Caldes d’Estrac, la Casa Ugalde (1951-53) se convierte de inmediato en un referente, tanto a nivel local como europeo. En sintonía con las premisas de Grupo R, será uno de los primeros proyectos construidos en plasmar la incorporación de elementos de la tradición mediterránea en un proyecto que a priori se identifica como “moderno”. A la composición asimétrica y los espacios de transición generados por los voladizos, se añaden muros de piedra vista pintados de blanco, muros encalados y pavimentos cerámicos. Esta fusión marcó una nueva tendencia del movimiento moderno a nivel mundial, que se empezó a alejar del racionalismo internacionalista para explorar identidades regionales a través de la arquitectura vernácula, como se puede constatar en las Casas Jaoul (1951-55) de Le Corbusier o el Taller para Joan Miró en Palma (1956) de Josep Lluís Sert. Sin embargo, es importante recordar que para Coderch y para Valls, la Casa Ugalde no solo implicó una reconexión con las raíces, sino también un manifiesto de adhesión a la arquitectura moderna, ya que se alejaba explícitamente de la tendencia un tanto pintoresquista de sus obras anteriores.

Casa Ugalde de José Antonio Coderch, © Guiding Architects Barcelona

No sin esfuerzo, es posible rastrear precedentes para la Casa Ugalde, en especial entre los grandes referentes de la Arquitectura Orgánica. Tanto Fallingwater (1936) de Frank Lloyd Wright como la Villa Mairea (1939) de Alvar Aalto tienen puntos en común con el proyecto de Coderch, como una relación armónica con el entorno o muros de acabados rústicos. Pero a la vez hay una distancia ineludible: empezando por la estrategia de emplazamiento que se propone mantener los árboles existentes y sacar el mayor provecho de las vistas privilegiadas. Continuando con la irregularidad de la planta, donde la combinación de formas poligonales y curvas responde a condicionantes topográficas concretas, pero también a una voluntad de plasmar el genius loci. El resultado es un edificio aún más orgánico, si cabe, que los realizados por los maestros de esa tendencia.

La Casa Ugalde será la primera de una serie de notables viviendas unifamiliares que Coderch y Valls diseñarán en las décadas siguientes, aunque ninguna de ellas hará uso de geometrías tan libres e irregulares como las de esta icónica e innovadora residencia.

El edificio ISM en La Barceloneta, viviendas sociales con carácter

Si una obra de Coderch tuvo aún más impacto que la casa Ugalde, fue el edificio de pisos proyectado para el Instituto Social de la Marina (ISM) en la Barceloneta (1951-1954). Las evidencias apuntan a un diseño que se concibe a partir de las plantas de los departamentos. Un eje central de circulaciones ordena una distribución simétrica, que, sin embargo, parece un tanto laberíntica, debido a la proliferación de muros oblicuos que generan acogedores espacios poligonales. El resultado es un sorprendente ensamblaje de piezas irregulares en que se perciben ecos de Antoni Gaudí. Otros referentes para este proyecto serían algunos arquitectos activos en el norte de Italia durante la posguerra y en especial Ignazio Gardella (p.e. el Edificio Borsalino en Alessandria, 1948-52), consecuencia de los fuertes vínculos de Coderch con Gio Ponti y el entorno milanés.

Si bien la idea de una composición tripartita del conjunto es de filiación clásica, la relación heterodoxa que se plantea entre el volumen poligonal, el zócalo retraído y la cornisa volada es claramente moderna. La expresión formal de las fachadas se maneja con similar fusión de modernidad y tradición. Elementos y materiales tan arraigados como las persianas o las baldosas de cerámica aparecen reinterpretadas configurando bandas verticales continuas. La piedra también se hace presente en el basamento y en muros portantes visibles en los espacios interiores que contribuyen al acento vernáculo buscado por el arquitecto.

Edificio ISM de José Antonio Coderch, © Guiding Architects Barcelona

La Casa Senillosa, una town house mediterránea

La Casa Senillosa ubicada en Cadaqués (1956), se diferencia de otros proyectos de Coderch por su formato, tremendamente condicionado por el emplazamiento y el entorno. Más determinante incluso que el contexto vernáculo del pueblo será la marcada diferencia de nivel entre los dos frentes del solar. El resultado es un edificio compacto que se desarrolla verticalmente entre medianeras al estilo de una town house inglesa, pero con un lenguaje mediterráneo altamente depurado en el que contrasta la alternancia en fachada de muros ciegos y mamparas acristaladas. Desde el exterior la cubierta inclinada no se percibe muy diferente de los forjados horizontales de los balcones, pero en el interior es determinante para caracterizar el salón de la casa donde también destacan la chimenea y un muro de piedra vista. Según testimonio de Carlos Ferrater, visitar este proyecto aparentemente sencillo fue determinante para definir su vocación profesional.

Casa Senillosa de José Antonio Coderch, © José Hevia Blach, Arxiu Històric del COAC

Las Torres Trade, un nuevo modelo de edificio de oficinas

Las Torres Trade (1965-71) emergen a primera impresión como un quiebre en la trayectoria de Coderch, ya que la omnipresencia del muro cortina parece alejarse de la esencia mediterránea y vincularlas al racionalismo más ortodoxo. Sin embargo se debe entender primero que se trata de una tipología poco habitual en su repertorio, y de hecho un análisis más cuidadoso del proyecto demuestra que se trata una reinterpretación de sus premisas habituales. Emplazado en Les Corts, cerca del cruce de dos avenidas muy transitadas, el conjunto está formado por cuatro torres de oficinas de doce plantas y perfil curvilíneo dispuestas en un patrón aparentemente aleatorio, con tres de ellas conectadas por un volumen de dos niveles.

Torres Trade de José Antonio Coderch, © Lluís Casals, Arxiu Històric del COAC

Las plantas de las torres se generan a partir de un cuadrado, como evidencia el núcleo estructural. Al extrapolarse esta forma al perímetro adquiere una ondulación regular que alterna formas cóncavas y convexas. Esta propuesta remite a los primeros rascacielos proyectados por Mies van der Rohe (1920), que en aquellos años apenas se empezaba a desmarcar del movimiento expresionista. Si bien es difícil en este caso identificar elementos vernáculos, sí se puede deducir que las Torres Trade incorporan referentes racionalistas, expresionistas, orgánicos y hasta modernistas. La combinación de la conexión urbana y la escala contenida con las formas y tratamiento de las torres otorga al conjunto un carácter amable y hasta lúdico, si nos fijamos en los remates de las torres que las asemejan a piezas de juegos infantiles.

Las Viviendas del Banco Urquijo, hacia un nuevo paradigma

El conjunto de viviendas del Banco Urquijo en el barrio de Sant Gervasi (1967-72) corresponde a un segundo momento especialmente fructífero en la carrera de Coderch, en el que también destaca el edificio Girasol de Madrid (1966). Desde el edificio de la Barceloneta, el arquitecto había continuado desarrollando proyectos de vivienda con resultados tan destacados como el de la calle Compositor Bach en Barcelona (1958). Si bien en los años 60 se prolonga el objetivo de fusionar modernidad y tradición, tanto el edificio de Madrid como el de Sant Gervasi implican un renovado espíritu de experimentación que se manifiesta sobre todo en plantas y volumetría.

Viviendas del Banco Urquijo de José Antonio Coderch, © Guiding Architects Barcelona

El edificio del Banco Urquijo es el primero de una serie de diseños que apuestan por bloques de planta escalonada. Seis edificios de cinco y seis niveles se distribuyen de forma simétrica en un solar en pendiente, apostando por dejar entre ellos zonas de espacio semipúblico cuidadosamente diseñadas, lo que garantiza una óptima integración con el entorno urbano a nivel peatonal. Como en proyectos previos, los bloques de pisos se organizan de forma simétrica a partir de un eje de circulaciones, pero en este caso los departamentos son más amplios y todos los cerramientos ortogonales. La articulación de los volúmenes refleja el escalonamiento de la planta resultando en una yuxtaposición de prismas rectos que recuerda un zigurat. La expresión material de los edificios es de gran calidez con el ladrillo visto como protagonista, y una nueva reinterpretación de la persiana tradicional transformada aquí en una celosía vertical de madera.

A este edificio siguió poco después el proyecto de las Cocheras de Sarrià (1968), donde Coderch continuó desarrollando los principios formales, funcionales y urbanísticos planteados en las viviendas del Banco Urquijo. En el conjunto de las Cocheras se amplió el espacio público intermedio y se multiplicó el número de bloques y por consiguiente de departamentos, pero se mantuvieron las plantas y volúmenes escalonados de los edificios, así como el protagonismo del ladrillo visto.

La ampliación de la ETSAB, la última proclama creativa

Entre las últimas obras de Coderch destaca la ampliación de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona (1978-84). Una obra que apuesta por un estudiado contraste con el edificio existente de 1961 y destila inventiva y libertad. La intervención se centra en dos elementos; una circulación vertical adicional para el volumen existente y un bloque horizontal de dos niveles que alberga aulas y talleres, conectados por un generoso vestíbulo axial. Una aproximación crítica al espacio de enseñanza tradicional se traduce en un módulo curvilíneo que define el proyecto. El ladrillo visto enfatiza el carácter orgánico del volumen, que se percibe como una sucesión rítmica de muros ciegos ondulantes interrumpidos por ventanales verticales. El resultado es uno de los edificios más escultóricos y abstractos realizado por el equipo de Coderch y Valls.

Extensión de la ETSAB de José Antonio Coderch, © Lluís Casals, Arxiu Històric del COAC

Además del habitual vínculo con la arquitectura vernácula, en esta obra resuenan numerosos referentes: la Escuela de Ámsterdam, Erich Mendelsohn (la Torre de Einstein, 1921), Alvar Aalto (la Casa de la Cultura de Helsinki, 1958), pero también maestros del Modernismo catalán como Jujol y Gaudí (la Escuela de la Sagrada Familia, 1909). Todas estas potenciales influencias no quitan por supuesto que el resultado sea altamente original. La ampliación del ETSAB culmina simbólicamente la productiva trayectoria de Coderch y cierra el círculo iniciado con la Casa Ugalde.

El legado local y universal de Coderch

José Antonio Coderch de Sentmenat contribuyó significativamente a cambiar el rumbo de la arquitectura del siglo XX al acercarla a las personas mediante estrategias de humanización y guiños siempre acertados y trascendentes al legado de la tradición mediterránea, alcanzando un sofisticado equilibrio entre lo popular y lo moderno. Como bien constató Frampton, este planteamiento teórico resultó siendo extrapolable a diferentes realidades culturales, por lo que su influencia se advierte en diversos países. Ello no impide que sea especialmente evidente en la arquitectura contemporánea española. La impronta de Coderch se puede identificar tanto en la teoría como en la praxis de numerosos profesionales destacados de las últimas décadas: en el Walden 7 (1975) de Ricardo Bofill, en el edificio Bankinter de Madrid (1977) o la Fundación Beulas en Huesca (2005) de Rafael Moneo, en el Sant Just Park (1977) o el Edificio Lesseps (2007) de Carlos Ferrater, sin mencionar su influencia, menos evidente, en arquitectos como Enric Miralles o Josep Llinàs.

Conocer la obra construida de Coderch es una asignatura obligatoria para quien quiera comprender a fondo la evolución de la arquitectura de Cataluña en el siglo XX pero también es una oportunidad para descubrir obras menos mediáticas pero tan sugestivas y fascinantes como las de Gaudí, Sert o Miralles. Estáis invitados a participar de nuestro tour Clásicos Modernos o bien a solicitar un itinerario personalizado, pero en todos los casos os recomendamos no dejar de visitar edificios de José Antonio Coderch de Sentmenat en vuestro próximo viaje a Barcelona

Viviendas en la calle Bach de José Antonio Coderch, © Guiding Architects Barcelona

Texto: Pedro Capriata

BIBLIOGRAFÍA

Capitel, A. (2023) Arquitecturas españolas en el siglo XX. Abada Editores.

Centre Obert d’Arquitectura (s.f.) ArquitecturaCatalana.Cat.
https://www.arquitecturacatalana.cat/es

Fochs, C. (Ed.) (2004) J.A. Coderch de Sentmenat: 1913-1984. Gustavo Gili.

Frampton, K. (1983) Towards a Critical Regionalism: Six Points for an Architecture of  Resistance. En The Anti-Aesthetic: Essays on Postmodern Culture, p. 16-30 Bay Press.

Frampton, K. (1992) Modern Architecture. A Critical History. Thames and Hudson.

Fundación Docomomo Ibérico (s.f.) José Antonio Coderch de Sentmenat.
https://docomomoiberico.com/autoria/jose-antonio-coderch-de-sentmenat/

La casa Ugalde (s.f.)
https://www.casaugalde.com

Montaner, J.M. (1988) Coderch. Catalònia, Núm. 10, p. 4-6.
https://raco.cat/index.php/Catalonia/issue/view/7929

Montaner, J.M. (2005) Arquitectura contemporània a Catalunya. Edicions 62.

Montaner, J.M. (2013) José Antonio Coderch, 1913-1984. Esencia mediterránea. Arquitectura Viva.

Núnez, P. (Ed.) (2016) Recordando a Coderch. Librooks.

Pla, M. (2007) Catalunya. Guia d’arquitectura moderna 1880-2007. Triangle.

Urrutia, A. (2003) Arquitectura española, siglo XX. Cátedra.

VV.AA. (2000) Coderch 1940/1964: en busca del hogar. Col·legi d’Arquitectes de  Catalunya

Published On: noviembre 28, 2024Categories: blog
Barcelona: hacia la integración urbanística y social de la metrópolis

José Antonio Coderch y la modernidad mediterránea

El arquitecto catalán contribuyó a redefinir la arquitectura moderna en la posguerra y a recuperar la memoria de lo vernáculo

Casa Ugalde de José Antonio Coderch, © Guiding Architects Barcelona

Aproximación a Coderch

En 2024 se cumplen 40 años de la desaparición de José Antonio Coderch de Sentmenat (1913-1984), un referente fundamental de la arquitectura de posguerra en Barcelona. Aunque su figura ha suscitado ocasionalmente algún debate, esto se ha debido más a aspectos de su personalidad o a sus posturas ideológicas que al cuestionamiento de su legado profesional. Una aproximación objetiva a su obra construida no deja mayores dudas sobre su trascendencia. Coderch fue un arquitecto extraordinario y uno de las personajes más relevantes e influyentes de la arquitectura catalana y española en la segunda mitad del siglo XX.

La obra de Coderch se inscribe en un proceso de renovación de la arquitectura moderna, en el que consiguió destacar incluso a nivel internacional. Formado en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona (ETSAB), su primera influencia importante fue su maestro Josep Maria Jujol, quien le habría inculcado el interés por la arquitectura popular e indirectamente por la obra de Antoni Gaudí. Luego de algunos años de actividad profesional, Coderch se interesó por el legado de Josep Lluis Sert y el Grupo de Arquitectos y Técnicos Catalanes para el Progreso de la Arquitectura Contemporánea (GATPAC), explorando al mismo tiempo las aportaciones de la Arquitectura Orgánica y en especial de Alvar Aalto. En 1959 participó en el último Congreso Internacional de Arquitectura Moderna (CIAM) para adherirse a continuación al Team X, impulsado por Aldo van Eyck y Alison y Peter Smithson, que pretendía tomar la posta de los CIAM renovando sus planteamientos urbanísticos. Sin embargo, su trascendencia fuera de España tiene más que ver con su obra construida que con su participación en estos grupos.

A continuación se hará un repaso de obras destacadas y determinantes de la trayectoria de Coderch, centrado en sus valiosas contribuciones a la ciudad de Barcelona, pero intentando a la vez incluir ejemplos representativos del amplio abanico de tipologías abordadas por el arquitecto a lo largo de su carrera.

Viviendas del Banco Urquijo de José Antonio Coderch, © Guiding Architects Barcelona

1951, el annus mirabilis de Coderch: el año milagroso

En la carrera de ciertos arquitectos hay momentos cruciales que marcan un antes y un después, como por ejemplo el punto de quiebre que significó la casa que Luis Barragán construyera para sí mismo en 1947. Pero tal vez haya pocos ejemplos tan dramáticos como el de José Antonio Coderch. En su caso, el momento decisivo de su carrera se produjo en 1951. En ese año participó de la fundación del Grupo R, realizó el Pabellón Español para la Triennale di Milano y proyectó dos obras que cambiarían el panorama de la arquitectura española y catalana: la Casa Ugalde y las viviendas del Instituto Social de la Marina (ISM) en La Barceloneta.

Fundado en 1951, el Grupo R fue el primer intento de los arquitectos catalanes por retomar el legado racionalista del GATPAC pero incorporando elementos de la tradición tectónica local, lo que llevaría al historiador y crítico Kenneth Frampton a vincularlos con el Regionalismo Crítico. Entre los miembros fundadores se encontraban profesionales tan relevantes como Josep Maria Sostres, Antoni de Moragas, un joven Oriol Bohigas y Manuel Valls, socio de Coderch durante décadas.

Por otra parte, el Pabellón de Milano representó una apuesta por la interacción entre arte, arquitectura moderna y tradición, pero también la superación de un desafío burocrático, con autoridades intentando boicotear la presencia española en el evento y en especial la participación del propio Coderch. La selección de imágenes presentadas en el pabellón era también indicativa de los caminos que Coderch se aprestaba a recorrer: arquitectura vernácula ibicenca, obras de Gaudí y el arte de Joan Miró.

A pesar de alguna notoria excepción, como la casa Ferrer Vidal en Mallorca (1946), la obra de Coderch anterior al annus mirabilis se percibe desde la óptica contemporánea como demasiado apegada a la arquitectura popular, lo que explica su exclusión de algunos libros monográficos. Lo cierto es que hacia 1951, Coderch da un salto cualitativo que solo observadores muy agudos podrían haber presagiado.

La Casa Ugalde, una obra manifiesto

Emplazada en una colina frente al mar en la localidad de Caldes d’Estrac, la Casa Ugalde (1951-53) se convierte de inmediato en un referente, tanto a nivel local como europeo. En sintonía con las premisas de Grupo R, será uno de los primeros proyectos construidos en plasmar la incorporación de elementos de la tradición mediterránea en un proyecto que a priori se identifica como “moderno”. A la composición asimétrica y los espacios de transición generados por los voladizos, se añaden muros de piedra vista pintados de blanco, muros encalados y pavimentos cerámicos. Esta fusión marcó una nueva tendencia del movimiento moderno a nivel mundial, que se empezó a alejar del racionalismo internacionalista para explorar identidades regionales a través de la arquitectura vernácula, como se puede constatar en las Casas Jaoul (1951-55) de Le Corbusier o el Taller para Joan Miró en Palma (1956) de Josep Lluís Sert. Sin embargo, es importante recordar que para Coderch y para Valls, la Casa Ugalde no solo implicó una reconexión con las raíces, sino también un manifiesto de adhesión a la arquitectura moderna, ya que se alejaba explícitamente de la tendencia un tanto pintoresquista de sus obras anteriores.

Casa Ugalde de José Antonio Coderch, © Guiding Architects Barcelona

No sin esfuerzo, es posible rastrear precedentes para la Casa Ugalde, en especial entre los grandes referentes de la Arquitectura Orgánica. Tanto Fallingwater (1936) de Frank Lloyd Wright como la Villa Mairea (1939) de Alvar Aalto tienen puntos en común con el proyecto de Coderch, como una relación armónica con el entorno o muros de acabados rústicos. Pero a la vez hay una distancia ineludible: empezando por la estrategia de emplazamiento que se propone mantener los árboles existentes y sacar el mayor provecho de las vistas privilegiadas. Continuando con la irregularidad de la planta, donde la combinación de formas poligonales y curvas responde a condicionantes topográficas concretas, pero también a una voluntad de plasmar el genius loci. El resultado es un edificio aún más orgánico, si cabe, que los realizados por los maestros de esa tendencia.

La Casa Ugalde será la primera de una serie de notables viviendas unifamiliares que Coderch y Valls diseñarán en las décadas siguientes, aunque ninguna de ellas hará uso de geometrías tan libres e irregulares como las de esta icónica e innovadora residencia.

El edificio ISM en La Barceloneta, viviendas sociales con carácter

Si una obra de Coderch tuvo aún más impacto que la casa Ugalde, fue el edificio de pisos proyectado para el Instituto Social de la Marina (ISM) en la Barceloneta (1951-1954). Las evidencias apuntan a un diseño que se concibe a partir de las plantas de los departamentos. Un eje central de circulaciones ordena una distribución simétrica, que, sin embargo, parece un tanto laberíntica, debido a la proliferación de muros oblicuos que generan acogedores espacios poligonales. El resultado es un sorprendente ensamblaje de piezas irregulares en que se perciben ecos de Antoni Gaudí. Otros referentes para este proyecto serían algunos arquitectos activos en el norte de Italia durante la posguerra y en especial Ignazio Gardella (p.e. el Edificio Borsalino en Alessandria, 1948-52), consecuencia de los fuertes vínculos de Coderch con Gio Ponti y el entorno milanés.

Si bien la idea de una composición tripartita del conjunto es de filiación clásica, la relación heterodoxa que se plantea entre el volumen poligonal, el zócalo retraído y la cornisa volada es claramente moderna. La expresión formal de las fachadas se maneja con similar fusión de modernidad y tradición. Elementos y materiales tan arraigados como las persianas o las baldosas de cerámica aparecen reinterpretadas configurando bandas verticales continuas. La piedra también se hace presente en el basamento y en muros portantes visibles en los espacios interiores que contribuyen al acento vernáculo buscado por el arquitecto.

Edificio ISM de José Antonio Coderch, © Guiding Architects Barcelona

La Casa Senillosa, una town house mediterránea

La Casa Senillosa ubicada en Cadaqués (1956), se diferencia de otros proyectos de Coderch por su formato, tremendamente condicionado por el emplazamiento y el entorno. Más determinante incluso que el contexto vernáculo del pueblo será la marcada diferencia de nivel entre los dos frentes del solar. El resultado es un edificio compacto que se desarrolla verticalmente entre medianeras al estilo de una town house inglesa, pero con un lenguaje mediterráneo altamente depurado en el que contrasta la alternancia en fachada de muros ciegos y mamparas acristaladas. Desde el exterior la cubierta inclinada no se percibe muy diferente de los forjados horizontales de los balcones, pero en el interior es determinante para caracterizar el salón de la casa donde también destacan la chimenea y un muro de piedra vista. Según testimonio de Carlos Ferrater, visitar este proyecto aparentemente sencillo fue determinante para definir su vocación profesional.

Casa Senillosa de José Antonio Coderch, © José Hevia Blach, Arxiu Històric del COAC

Las Torres Trade, un nuevo modelo de edificio de oficinas

Las Torres Trade (1965-71) emergen a primera impresión como un quiebre en la trayectoria de Coderch, ya que la omnipresencia del muro cortina parece alejarse de la esencia mediterránea y vincularlas al racionalismo más ortodoxo. Sin embargo se debe entender primero que se trata de una tipología poco habitual en su repertorio, y de hecho un análisis más cuidadoso del proyecto demuestra que se trata una reinterpretación de sus premisas habituales. Emplazado en Les Corts, cerca del cruce de dos avenidas muy transitadas, el conjunto está formado por cuatro torres de oficinas de doce plantas y perfil curvilíneo dispuestas en un patrón aparentemente aleatorio, con tres de ellas conectadas por un volumen de dos niveles.

Torres Trade de José Antonio Coderch, © Lluís Casals, Arxiu Històric del COAC

Las plantas de las torres se generan a partir de un cuadrado, como evidencia el núcleo estructural. Al extrapolarse esta forma al perímetro adquiere una ondulación regular que alterna formas cóncavas y convexas. Esta propuesta remite a los primeros rascacielos proyectados por Mies van der Rohe (1920), que en aquellos años apenas se empezaba a desmarcar del movimiento expresionista. Si bien es difícil en este caso identificar elementos vernáculos, sí se puede deducir que las Torres Trade incorporan referentes racionalistas, expresionistas, orgánicos y hasta modernistas. La combinación de la conexión urbana y la escala contenida con las formas y tratamiento de las torres otorga al conjunto un carácter amable y hasta lúdico, si nos fijamos en los remates de las torres que las asemejan a piezas de juegos infantiles.

Las Viviendas del Banco Urquijo, hacia un nuevo paradigma

El conjunto de viviendas del Banco Urquijo en el barrio de Sant Gervasi (1967-72) corresponde a un segundo momento especialmente fructífero en la carrera de Coderch, en el que también destaca el edificio Girasol de Madrid (1966). Desde el edificio de la Barceloneta, el arquitecto había continuado desarrollando proyectos de vivienda con resultados tan destacados como el de la calle Compositor Bach en Barcelona (1958). Si bien en los años 60 se prolonga el objetivo de fusionar modernidad y tradición, tanto el edificio de Madrid como el de Sant Gervasi implican un renovado espíritu de experimentación que se manifiesta sobre todo en plantas y volumetría.

Viviendas del Banco Urquijo de José Antonio Coderch, © Guiding Architects Barcelona

El edificio del Banco Urquijo es el primero de una serie de diseños que apuestan por bloques de planta escalonada. Seis edificios de cinco y seis niveles se distribuyen de forma simétrica en un solar en pendiente, apostando por dejar entre ellos zonas de espacio semipúblico cuidadosamente diseñadas, lo que garantiza una óptima integración con el entorno urbano a nivel peatonal. Como en proyectos previos, los bloques de pisos se organizan de forma simétrica a partir de un eje de circulaciones, pero en este caso los departamentos son más amplios y todos los cerramientos ortogonales. La articulación de los volúmenes refleja el escalonamiento de la planta resultando en una yuxtaposición de prismas rectos que recuerda un zigurat. La expresión material de los edificios es de gran calidez con el ladrillo visto como protagonista, y una nueva reinterpretación de la persiana tradicional transformada aquí en una celosía vertical de madera.

A este edificio siguió poco después el proyecto de las Cocheras de Sarrià (1968), donde Coderch continuó desarrollando los principios formales, funcionales y urbanísticos planteados en las viviendas del Banco Urquijo. En el conjunto de las Cocheras se amplió el espacio público intermedio y se multiplicó el número de bloques y por consiguiente de departamentos, pero se mantuvieron las plantas y volúmenes escalonados de los edificios, así como el protagonismo del ladrillo visto.

La ampliación de la ETSAB, la última proclama creativa

Entre las últimas obras de Coderch destaca la ampliación de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona (1978-84). Una obra que apuesta por un estudiado contraste con el edificio existente de 1961 y destila inventiva y libertad. La intervención se centra en dos elementos; una circulación vertical adicional para el volumen existente y un bloque horizontal de dos niveles que alberga aulas y talleres, conectados por un generoso vestíbulo axial. Una aproximación crítica al espacio de enseñanza tradicional se traduce en un módulo curvilíneo que define el proyecto. El ladrillo visto enfatiza el carácter orgánico del volumen, que se percibe como una sucesión rítmica de muros ciegos ondulantes interrumpidos por ventanales verticales. El resultado es uno de los edificios más escultóricos y abstractos realizado por el equipo de Coderch y Valls.

Extensión de la ETSAB de José Antonio Coderch, © Lluís Casals, Arxiu Històric del COAC

Además del habitual vínculo con la arquitectura vernácula, en esta obra resuenan numerosos referentes: la Escuela de Ámsterdam, Erich Mendelsohn (la Torre de Einstein, 1921), Alvar Aalto (la Casa de la Cultura de Helsinki, 1958), pero también maestros del Modernismo catalán como Jujol y Gaudí (la Escuela de la Sagrada Familia, 1909). Todas estas potenciales influencias no quitan por supuesto que el resultado sea altamente original. La ampliación del ETSAB culmina simbólicamente la productiva trayectoria de Coderch y cierra el círculo iniciado con la Casa Ugalde.

El legado local y universal de Coderch

José Antonio Coderch de Sentmenat contribuyó significativamente a cambiar el rumbo de la arquitectura del siglo XX al acercarla a las personas mediante estrategias de humanización y guiños siempre acertados y trascendentes al legado de la tradición mediterránea, alcanzando un sofisticado equilibrio entre lo popular y lo moderno. Como bien constató Frampton, este planteamiento teórico resultó siendo extrapolable a diferentes realidades culturales, por lo que su influencia se advierte en diversos países. Ello no impide que sea especialmente evidente en la arquitectura contemporánea española. La impronta de Coderch se puede identificar tanto en la teoría como en la praxis de numerosos profesionales destacados de las últimas décadas: en el Walden 7 (1975) de Ricardo Bofill, en el edificio Bankinter de Madrid (1977) o la Fundación Beulas en Huesca (2005) de Rafael Moneo, en el Sant Just Park (1977) o el Edificio Lesseps (2007) de Carlos Ferrater, sin mencionar su influencia, menos evidente, en arquitectos como Enric Miralles o Josep Llinàs.

Conocer la obra construida de Coderch es una asignatura obligatoria para quien quiera comprender a fondo la evolución de la arquitectura de Cataluña en el siglo XX pero también es una oportunidad para descubrir obras menos mediáticas pero tan sugestivas y fascinantes como las de Gaudí, Sert o Miralles. Estáis invitados a participar de nuestro tour Clásicos Modernos o bien a solicitar un itinerario personalizado, pero en todos los casos os recomendamos no dejar de visitar edificios de José Antonio Coderch de Sentmenat en vuestro próximo viaje a Barcelona

Viviendas en la calle Bach de José Antonio Coderch, © Guiding Architects Barcelona

Texto: Pedro Capriata

BIBLIOGRAFÍA

Capitel, A. (2023) Arquitecturas españolas en el siglo XX. Abada Editores.

Centre Obert d’Arquitectura (s.f.) ArquitecturaCatalana.Cat.
https://www.arquitecturacatalana.cat/es

Fochs, C. (Ed.) (2004) J.A. Coderch de Sentmenat: 1913-1984. Gustavo Gili.

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Published On: noviembre 28, 2024Categories: blog
Barcelona: hacia la integración urbanística y social de la metrópolis