Con el gran evento náutico a la vuelta de la esquina, repasamos la evolución del puerto y sus proyectos recientes

Vista panorámica del litoral de Barcelona, © Vicente Zambrano González/barcelona.cat, bajo licencia CC BY-NC-ND 4.0

Barcelona, el Mediterráneo y la Copa América

La relación de Barcelona con el mar Mediterráneo siempre ha sido tan fundamental como contradictoria. De hecho, el frente marítimo es tal vez el sector de la ciudad que más cambios ha sufrido a lo largo de los siglos. Desde el incipiente puerto de antaño hasta la impresionante infraestructura actual, el litoral ha vivido un largo proceso de transformación que se ha acentuado en los últimos 40 años, en parte gracias a importantes eventos que han funcionado como catalizadores. La Copa América, la competición internacional más importante en el ámbito de la navegación a vela, y uno de los eventos deportivos más destacados del mundo, que se llevará a cabo en Barcelona entre el 22 de agosto y el 27 de octubre de 2024, está dando un nuevo impulso a la evolución del litoral y en especial al entorno del Port Vell.

Vista aérea del puerto de Barcelona

El puerto de Barcelona, desde sus orígenes hasta la era industrial

En tiempos de los romanos ni siquiera existía el puerto. Su desarrollo empezó durante la Edad Media y a pesar de su limitada infraestructura inicial, para el siglo XIII se había convertido en pieza instrumental de la expansión y consolidación militar y económica de la Corona de Aragón. La primera transformación del puerto se remonta al siglo XV, cuando se construyeron las Atarazanas Reales y el primer muelle. Le seguirían numerosos cambios, entre los que podemos destacar la edificación del barrio de la Barceloneta en el siglo XVIII. El apogeo económico y comercial del siglo XIX traerá nuevamente cambios importantes con la implementación de un puerto industrial y la construcción de numerosos edificios y almacenes. Sin embargo, con el puerto consolidado, la ciudad seguía mirando tierra adentro.

La metamorfosis olímpica: Barcelona reconecta con el mar

No será hasta la década de 1980, con ocasión de los Juegos Olímpicos previstos para 1992, que la ciudad cambiará radicalmente su relación con el Mediterráneo. Un intensivo plan de reformas implicó la transformación más importante vista hasta entonces. Los proyectos se centraron en dos sectores, el Port Olímpic y la contigua Villa Olímpica situados en litoral del barrio del Poblenou, y por otro lado en el Port Vell. Por diferentes razones, incluidas la trascendencia urbanística, la presencia de rascacielos y la fecha de finalización, el primer sector pareció tener un impacto mayor en la opinión pública y entre los arquitectos.

Port Vell, © Vicente Zambrano González/barcelona.cat, bajo licencia CC BY-NC-ND 4.0

Sin embargo, no debemos olvidar que las intervenciones en el Port Vell, completadas algunos años después, fueron igual de determinantes. La mayoría de los edificios de perfil utilitario fueron demolidos y alguno se reformó para cambiar de uso, como los Almacenes Generales de Comercio (1881), conocidos como Palau de Mar y reconvertidos en Museo de Historia de Catalunya (1996). Aún más decisivas fueron las nuevas propuestas urbanísticas y arquitectónicas como el centro comercial Maremàgnum y su Rambla de Mar (1995), a cargo del reconocido equipo de Viaplana / Piñón Arquitectes. El Port Vell dejaba así su carácter marcadamente industrial para convertirse en un centro de ocio.

La evolución del litoral en el siglo XXI

En los primeros años del siglo XXI se realizaron algunas intervenciones a lo largo del litoral de Barcelona, entre las que habría que destacar la terminación del Paseo Marítimo. Diseñado inicialmente por Olga Tarrasó y Jordi Henrich en la década del 90, el proyecto se fue extendiendo por etapas llegando hasta el Port Olímpic por un lado y a la Nueva Bocana por el otro.

Paseo marítimo de Barcelona, © AL PHT Air Picture TAVISA/barcelona.cat, bajo licencia CC BY-NC-ND 4.0

El frente marítimo continuó un proceso de transformación que se acentuó con las obras realizadas para el Fòrum de las Culturas (2004), con un complejo programa centrado en el sector de Diagonal Mar. Los proyectos incluían un nuevo puerto deportivo, el Edifici Fòrum de Herzog & De Meuron (actual Museu Blau), la Explanada Fòrum y la Pérgola Fotovoltaica, ambos de Elías Torres y José Antonio Martínez Lapeña. A lo largo del Paseo Marítimo también aparecieron nuevos edificios como el Parc de Recerca Biomèdica (2007) de Brullet-De Luna Arquitectes y en especial el Hotel W (2009) de Ricardo Bofill que se ha convertido en un polo de atracción y un hito para la ciudad.

Hotel Vela de Ricardo Bofill, © Clara Soler Chopo/barcelona.cat, bajo licencia CC BY-NC-ND 4.0

La impronta de la Copa América en las zonas portuarias

La celebración de la Copa América 2024, vuelve a ser motivo para remozar el frente marítimo que se convertirá en una tribuna para las regatas, tomando en cuenta que se llevarán a cabo justo frente a la ciudad . Una ocasión inmejorable para mejorar infraestructuras, ampliar la oferta de espacios públicos accesibles e incorporar nuevos servicios como las rutas de bus náutico que conectarán el Moll de Drassanes con el Moll de Llevant o el Maremàgnum con el Moll de Pescadors.

En cuanto a edificaciones específicas para la regata, los seis equipos en competición cuentan con pabellones propios, todos situados en el perímetro del Port Vell, y la organización de la Copa contará con espacios como el Race Village en el Moll de la Fusta o el America’s Cup Experience, un centro de divulgación del evento que ya ha abierto sus puertas en el antiguo edificio del IMAX (1995) diseñado por Enric Soria y Jordi Garcés.

Tinglados del Moll de Llevant, © GA Barcelona

Otros edificios del Port Vell que están en proceso de renovación y merecen mención son el histórico Portal de la Pau de Julio Valdés (1907) cuya restauración externa se completará antes de la Copa, el rescate de los tinglados del Moll de Llevant que acogerán actividades culturales o la reforma de la Llotja de Pescadors que se convertirá en un espacio abierto al público de la mano del estudio OAB, encabezado por Carlos Ferrater. El equipo de Ferrater había intervenido recientemente en la zona con éxito convirtiendo un edificio de remolcadores de principios del siglo XX, contiguo a los tinglados, en la sede del Barcelona World Race (2019).

La regeneración del legado olímpico

Los proyectos olímpicos también han sido incluidos en las obras de mejora del litoral. El Maremàgnum, uno de los más emblemáticos de la apertura de Barcelona hacia el mar, está siendo sometido a una remodelación importante de cara a la Copa América. La reforma, a cargo del estudio L35 Arquitectos y prevista de ser completada en 2024, se enfoca en reforzar la relación del edificio con su entorno y mejorar la accesibilidad y visibilidad de la planta superior, además de crear un novedoso espacio definido como mercado gastronómico. Igualmente se propone potenciar la sostenibilidad del edificio incorporando materiales locales o reciclados e implementando una nueva cubierta que reducirá el consumo energético.

Remodelación del Maremàgnum de L35 Arquitectos, © L35 Arquitectos

El Port Olímpic, por su parte, también se encuentra en proceso de renovación y aspira a convertirse en un foco de economía azul, que se basa en actividades marítimas rentables y sostenibles. Esto empieza por ampliar la oferta de oficinas e incentivar la llegada de empresas afines al énfasis mencionado. Otro objetivo de la renovación, gestionada por Barcelona Serveis Municipals, es acercar a los residentes a las actividades náuticas y ofrecerles nuevos espacios públicos como la plaza del Moll de Mestral o un mirador en el Dic de Recer, completando la propuesta con un nuevo espacio gastronómico en el Moll de Gregal.

Futuro balcón gastronómico en el Moll de Gregal, © GA Barcelona

Nuevos miradores hacia el Mediterráneo

Entre las intervenciones que serán tan apreciadas por los espectadores de la Copa América como por los ciudadanos de Barcelona destacan los espacios públicos de la Nova Bocana. Junto al Hotel W encontramos el Mirador Vela (2022) proyectado por External Reference Architects. Se trata de una plataforma elevada que culmina el paseo Mare Nostrum y a la que se accede por unas amplias escaleras. El paseo elevado queda flanqueado por lo que parecen masivos paramentos de hormigón formados en realidad por un entramado de paneles triangulares soportados por una estructura metálica. La solución, inspirada en los cristales de sal que se forman en los entornos marinos, aúna estética y resistencia a las condiciones ambientales, garantizando al mismo tiempo vistas privilegiadas para las regatas del evento.

Mirador Vela de External Reference, © GA Barcelona

Pero tal vez la intervención más llamativa sea el conjunto que forman la Rambla del Trencaones y el Edifici Mirador (2024) proyectados por Antoni Barceló y Bàrbara Balanzó. El proyecto transforma parte del Moll de Llevant en un paseo elevado, adoptando como eje temático la historia del puerto, presentada mediante paneles informativos y obras de arte como la maqueta escultórica que explica la evolución de la Nova Bocana. Estos elementos se combinan con una elegante propuesta paisajística que culmina en un sobrio edificio de hormigón que pasa sobre la Rambla a manera de puente enmarcando las vistas hacia el mar y el puerto comercial. Mediante las patas se accederá a un espacio acristalado en la primera planta que funcionará como restaurante y la cubierta se ha previsto como un mirador adicional.

Edifici Mirador de Barceló-Balanzó Arquitectes, © GA Barcelona

El frente marítimo de Barcelona proyectándose al futuro

Como en ocasiones anteriores en Barcelona, las propuestas arquitectónicas y urbanísticas ideadas con vistas a la Copa América se han concebido pensando en el mediano y largo plazo, así como en el beneficio de los ciudadanos. Tal vez podamos echar en falta más edificaciones permanentes, considerando que la mayoría de los equipos en competición han apostado por estructuras efímeras para sus pabellones. Pero esto también tiene una cara positiva. Es una oportunidad para experimentar con un formato arquitectónico diferente, y en el fondo, si no tenemos claro que la vida útil del edificio se pueda extender más allá del evento, es mejor que se pueda desmantelar, antes que convertirse en un elefante blanco.

También es momento de reflexionar sobre futuros alternativos, como el que se vislumbra en el Parc Blau (2022) del estudio de arquitectura ON-A, un proyecto utópico que propone convertir el Port Vell en un parque urbano, incrementando los espacios públicos, pero sobre todo las áreas verdes, conectándolos mediante un nuevo paseo marítimo perimetral.

Finalmente, os invitamos a visitar Barcelona durante la celebración de la Copa América para disfrutar de esta emocionante regata y de los tours exclusivos que ofrecerá Guiding Architects Barcelona en el contexto de este gran acontecimiento deportivo.

Texto: Pedro Capriata

Parc Blau de ON-A, © ON-A/Play-Time

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