Más lugares de peregrinación para los amantes de la arquitectura: descubre la ciudad a través de las obras de seis arquitectos de prestigio

Plaça d’Europa en L’Hospitalet de Llobregat, © Vicente Zambrano González/barcelona.cat, bajo licencia CC BY-NC-ND 4.0

Barcelona consolida su rol como referente para la arquitectura contemporánea

Retomamos el tema de los proyectos diseñados en Barcelona por ganadores del máximo galardón arquitectónico. En la primera parte compartimos algunas reflexiones sobre los premios y en particular sobre los orígenes y el prestigio del Pritzker. Repasamos también una serie de proyectos que transformaron la ciudad condal a finales de siglo XX y principios del XXI, empezando por las intervenciones realizadas con motivo de los juegos olímpicos y cerrando con dos proyectos de Jean Nouvel en el contexto de la renovación del Poblenou. Ahora nos centraremos sobre todo en proyectos realizados en los últimos veinte años.

Proyectos culturales de la primera década del siglo XXI: el CaixaForum de Arata Isozaki

En los primeros años del siglo XXI, se produjo una importante eclosión de edificios culturales en Barcelona, entre los que no podían faltar algunos diseñados por arquitectos galardonados. Entre los primeros de estos proyectos tenemos el CaixaForum (2002) de Arata Isozaki. Se trata de otra intervención exitosa del maestro japonés, que esta vez reforma la fábrica Casaramona (1912), obra de Josep Puig i Cadafalch, para convertirla en un espacio dedicado principalmente a exposiciones temporales.

Su planteamiento, sutil y elegante, deja casi intacto el edificio modernista, en el que las naves principales cambian de función mediante modificaciones mínimas. Para evitar la alteración de las fachas existentes, Isozaki crea una plaza hundida de líneas puras que hace eco del vecino pabellón de Mies van der Rohe y conecta con un gran vestíbulo subterráneo. Una pérgola arbórea de acero cortén y vidrio señala el acceso principal al nivel de la calle y simboliza el cambio de uso.

CaixaForum de Arata Isozaki, © Kent Wang/Flickr, bajo licencia CC BY-SA 2.0

RCR Arquitectes: la transformación de un centro de manzana

Otra de las obras culturales destacadas de esta etapa es la Biblioteca Sant Antoni-Joan Oliver (2007) de RCR Arquitectes. Rafael Aranda, Carme Pigem y Ramon Vilalta son los únicos catalanes galardonados con el Pritzker. El proyecto se sitúa en el contexto de una recuperación de centro de manzana del Eixample que se transforma en espacio público.

La volumetría se articula mediante dos grandes bloques, uno vertical incorporado en la fachada hacia la calle Comte Borrell y uno horizontal retranqueado que rodea la nueva plaza interior. El bloque vertical se subdivide en dos prismas revestidos de láminas de acero corten que albergan las circulaciones verticales de la biblioteca. Se conectan mediante otros dos prismas acristalados a manera de puentes que contienen espacios de lectura y configuran una gigantesca puerta de acceso al centro de manzana. La biblioteca también se extiende por el bloque horizontal funcionando como elemento de transición gracias al plano vidriado que la separa de la calle interior.

Biblioteca Sant Antoni – Joan Oliver de RCR Arquitectes, © Rodrigo Chaparreiro

En la parte posterior del edificio se sitúa un casal de ancianos con acceso desde la plaza, en la que se han instalado juegos infantiles para potenciar la interacción social. Las fachadas interiores se resuelven con dos capas entre las que es posible caminar. La interior formada por un plano vidriado y la exterior por planchas verticales de acero corten que remiten a la fachada exterior.

Richard Rogers en el arranque de un eje Pritzker

Una serie de coincidencias, más que una minuciosa planificación, ha llevado la Gran Via de les Corts Catalanes a convertirse en un eje sobre el que se sitúan al menos seis edificios proyectados por ganadores del Pritzker. El primero lo encontramos en un sector aun relativamente céntrico como es la Plaça d’Espanya. Se trata de una propuesta tan interesante como controvertida: la reconversión de la plaza de toros Les Arenes en Centro Comercial (2011).

El debate suscitado tiene en todo caso poco que ver con el cambio de uso, sino con la idea de demoler casi toda la estructura original, manteniendo solo la fachada a partir de la primera planta. El laureado Richard Rogers es el responsable de esta radical apuesta, mediante la cual se genera una planta baja más permeable y transparente, adecuada para la nueva actividad. La fachada superviviente queda soportada por un puente de hormigón y acero muy en línea habitual del arquitecto, es decir, empleando los elementos tecnológicos y constructivos de forma enfática y los resaltándolos con colores llamativos. Este lenguaje se extiende por el interior del edificio, donde la nueva estructura metálica atraviesa el vestíbulo de múltiple altura de forma ostensible.

Centro Comercial Les Arenes de Richard Rogers, © Tim Sheerman-Chase/Flickr, bajo licencia CC BY 2.0

David Chipperfield crea una ciudad dentro de otra

Desplazándonos en dirección al aeropuerto, encontramos un segundo proyecto aún más ambicioso que el anterior. Se trata de la Ciutat de la Justicia (2009), diseñada por el más reciente ganador del Pritzker, el británico David Chipperfield con el objetivo de unificar diversos los órganos judiciales distribuidos entre Barcelona y L’Hospitalet.

Este pequeño complejo urbano está conformado por paralelepípedos de aspecto semejante, emplazados sobre una plataforma que funciona como plaza pública, en un patrón aparentemente aleatorio. Cuatro de los edificios están conectados por un volumen de formas angulares e irregulares que alcanza los cuatro niveles de altura. Este bloque más bajo alberga el vestíbulo principal, de gran riqueza espacial, articula las circulaciones y funciona como filtro de acceso a las áreas restringidas.

Todos los bloques cuentan en sus fachadas con una densa retícula de elementos de hormigón portante que generan un ritmo regular de vanos verticales. Cada edificio se diferencia por su función, dimensiones y color, y aunque la gama cromática es muy sutil, facilita la identificación de los pabellones.

Ciutat de la Justícia de David Chipperfield, © Rodrigo Chaparreiro

La Plaça d’Europa: el nuevo emporio arquitectónico

Cruzando el límite municipal de Barcelona, la Gran Via alcanza la Plaça d’Europa situada en L’Hospitalet de Llobregat, que se ha convertido en otro destacado polo de renovación urbana. Entre 2007 y 2010 este sector vivió una transformación radical con la remodelación de la plaza, un plan urbanístico a cargo de Albert Viaplana y la construcción de varios hoteles, oficinas, viviendas y espacios feriales a cargo de arquitectos reconocidos internacionalmente, entre los que destacan edificios de los arquitectos Toyo Ito, Jean Nouvel y RCR Arquitectes.

Toyo Ito y su nuevo portal para la feria de Barcelona

Las Torres Porta Fira, concebidas por Toyo Ito como un portal simbólico de acceso al sector ferial de l’Hospitalet, fueron completadas en 2010. El conjunto consiste en dos edificios de 110 m, inspiradas en las torres venecianas de Plaça Espanya y acaso también en las del Port Olímpic, unidas por un zócalo horizontal de un nivel. La primera torre, de formas orgánicas, alberga el Hotel Porta Fira, y a primera vista parece una columna fungiforme de planta circular. En realidad, responde a una geometría altamente compleja, ya que la planta se aproxima a una forma de trébol, pero además va girando y variando en cada nivel.

El exterior se resuelve mediante una doble fachada. Un sofisticado muro cortina forma la capa interior, mientras que la exterior consta de un sistema de tubos de aluminio de color rojo, segmentados y colocados con una ligera inclinación para reforzar el efecto giratorio del volumen. La celosía metálica se interrumpe para dejar aperturas a modo de ventanas. La planta del hotel se organiza alrededor de un núcleo estructural circular que contiene las circulaciones verticales, rodeado de un pasillo anular que da acceso a las habitaciones.

Torres Porta Fira de Toyo Ito, © Rodrigo Chaparreiro

La segunda torre, en forma de prisma de planta rectangular, funciona como edificio de oficinas. Emplea una variante de muro cortina que deja sobresalir los forjados y cuenta con un núcleo de circulaciones semejante al del hotel, pero excéntrico y de forma ligeramente ovalada. Este elemento de color rojo se deja ver en la fachada como un eje vertical sinuoso que dialoga con la forma del hotel.

Jean Nouvel crea un jardín vertical dentro de un hotel

El Hotel Renaissance Barcelona Fira (2012), obra nuevamente del prolífico Jean Nouvel, se suma a la renovación de la Plaça d’Europa. Emulando las torres de Ito, el volumen con tres fachadas blancas y una negra, alcanza también los 110m. El edificio se parte en dos prismas rectangulares casi idénticos, unidos por un gigantesco atrio abierto de múltiples alturas y remata en una gran azotea arbolada donde se ubica la piscina. El atrio se percibe como una hendidura entre los bloques de las habitaciones y adquiere una gran complejidad mediante escaleras y pasarelas que se cruzan en un espacio que parece inspirado en Piranesi.

La vegetación se hace presente en las plataformas de casi todos los niveles, llegando a formar auténticos jardines elevados, como en la planta del restaurante. El edificio toma además las palmeras como leitmotiv. Parece surgir de entre ellas, están presentes en terrazas a diferentes alturas y finalmente inspiran las aberturas y figuras serigrafiadas sobre vidrio que definen dos de sus fachadas. Estos vanos dan un carácter singular a las habitaciones.

Hotel Renaissance Barcelona Fira de Jean Nouvel, © Rodrigo Chaparreiro

De la Plaça d’Europa hacia el aeropuerto

El conjunto de edificios que venimos comentando se completa aún con dos construcciones adicionales. El nuevo pabellón para la Fira de Barcelona, también a cargo de Toyo Ito, y un original edificio de oficinas diseñado por RCR arquitectes. El proyecto de los catalanes se adapta al plan urbanístico del sector resultando en un volumen horizontal escalonado. Su elemento distintivo son unos esbeltos pórticos de acero que producen una sensación de costillas geométricas y permiten la ausencia de elementos portantes al interior de los espacios.

Finalmente, el eje Pritzker de la Gran Via lo remata otro edificio de Richard Rogers, que de hecho fue primero de toda la avenida en ser edificado. El Hotel Hyatt Regency Barcelona Tower (2006), ya en pleno Hospitalet, se ha convertido en otro hito de referencia gracias en parte a su peculiar remate: un domo acristalado en voladizo que recuerda a los de Buckminster Fuller. La torre de 29 plantas que lo soporta se subdivide en dos segmentos diferenciados por su expresión estructural y formal. La parte baja presenta grandes pilares de hormigón arriostrados por tubos de acero y la superior una cuadrícula de parasoles, también de hormigón.

Hyatt Regency Barcelona Tower de Richard Rogers, © Rodrigo Chaparreiro

Amuse-Bouches en el Eixample: intervenciones gastronómicas de pequeña escala

Pero las grandes estrellas de la arquitectura también crean a veces pequeñas joyas que no debemos pasar por alto. En la ciudad tenemos al menos dos ejemplos de reformas de perfil gastronómico diseñadas por ganadores del Pritzker ambas de década de 2010. Estas intervenciones transforman imaginativamente espacios existentes y entroncan con una tradición local que alcanzó un primer apogeo entre finales de los 80 y comienzos de los 90, cuando el diseño interior de Barcelona se convirtió en un referente internacional.

Jean Nouvel remodela la Fábrica Moritz

En el restaurante Fábrica Moritz (2011) Jean Nouvel recupera los espacios de la antigua fábrica de cerveza, pero alterando significativamente su atmósfera mediante transparencias, luz y color. La iluminación artificial asume un rol protagónico mediante grandes paneles ubicados en las paredes y el techo que pintan el espacio de tonos dorados y granates. Las texturas también contribuyen a la experiencia sensorial, al dejarse a la vista los antiguos muros de ladrillo, revestimientos de corcho y vigas de acero que contrastan con los nuevos elementos.

Fábrica Moritz de Jean Nouvel, © Rodrigo Chaparreiro

En el pavimento las baldosas hidráulicas originales se cubren con una lámina de resina transparente, resultando en un suelo reflejante que hace juego con los múltiples espejos, colocados estratégicamente para mejorar la iluminación del local y crear visuales inesperadas entre el interior y el exterior. En el patio interior Nouvel aprovecha un espacio casi residual, encajonado entre los edificios vecinos para crear un sorprendente sistema de terrazas a diferentes niveles unidas por escaleras y complementadas con un jardín vertical.

El Espai Enigma de RCR Arquitectes

El segundo proyecto destacable en esta categoría es el Restaurante Enigma (2016) de RCR Arquitectes, donde se busca la convivencia de comensales y cocineros en un espacio funcional, sensorial y único. La planta se subdivide mediante paneles translúcidos texturizados que combinan con acabados de piedra sinterizada y mobiliario curvilíneo, mientras que el pavimento recrea una acuarela que dialoga con la “nube artificial” del techo. Todos estos elementos generan el carácter orgánico y a la vez onírico buscado por los diseñadores.

Espai Enigma de RCR Arquitectes, © Pepo Segura

Barcelona, ciudad privilegiada para conocer a los ganadores del Pritzker

Con estas reformas tan singulares cerramos nuestro repaso por las destacadas aportaciones de los arquitectos premiados con el Pritzker a la ciudad de Barcelona, precisando que hemos dejado algunos proyectos sin mencionar y no hemos considerado propuestas efímeras o cuya realización no prosperó. Como se puede ver, la ciudad condal es mucho más que arquitectura gótica y Gaudí. Es una urbe privilegiada para descubrir de primera mano la obra de los mejores arquitectos contemporáneos.

Texto: Pedro Capriata

BIBLIOGRAFÍA

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https://www.elperiodico.com/es/hospitalet/20230308/arquitectos-granvia-hospitalet-ciudad-urbano-barcelona-municipal-diseno-pritzker-premio-84272649

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