Las Supermanzanas y los ejes verdes de Barcelona, un modelo de ciudad más sostenible
La ciudad avanza en sus iniciativas de regeneración urbana con la incorporación de ejes y plazas verdes
Las supermanzanas: reinventando los espacios públicos de Barcelona
Una de las propuestas urbanísticas más estimulantes de las últimas décadas la encontramos, nuevamente, en la prolífica Barcelona. Se trata de las Supermanzanas o Superilles, un planteamiento que va más allá de lo que implica su nombre y que engloba un proyecto de renovación integral para la ciudad. Como era de esperar, las primeras supermanzanas implementadas han centrado el debate sobre las potenciales cualidades e inconvenientes del concepto. El propio Ayuntamiento de Barcelona las presentó como pruebas piloto, pero también como un cambio de modelo inevitable para garantizar la sostenibilidad de la ciudad en el mediano y largo plazo. Aquí tal vez comienzan los problemas de comunicación porque es como si nos dijeran “prueba esto a ver si te gusta… pero si no, te lo tendrás que comer igualmente”.
Pero empecemos por definir qué son las supermanzanas. En el sentido más elemental se trata de megabloques constituidos por la unión de nueve manzanas preexistentes. La fusión evidentemente no se consigue rellenando los espacios entre manzanas con edificios, sino transformando el espacio público. Los cambios incluyen nuevos usos y restricción del acceso vehicular en favor de los peatones y las bicicletas. Los objetivos incluyen reducir el ruido, el tráfico y la contaminación dentro de estas áreas, proveer a los ciudadanos con más y mejores espacios de convivencia, y en su conjunto, hacer de Barcelona una ciudad más sostenible.
Si bien en teoría este esquema sería aplicable en cualquier ciudad con un trazo regular, resulta especialmente interesante en el contexto del Eixample, el proyecto de ampliación de Barcelona ideado por de Ildefons Cerdà a mediados del siglo XIX. El plan Cerdà no se siguió al pie de la letra, pero se respetaron casi siempre el trazado cuadricular, los anchos de calles propuestos y los característicos chaflanes en las esquinas de las manzanas. Estos chaflanes son los que ahora permiten la creación de plazas públicas de diverso perfil en las intersecciones peatonalizadas.
Revitalizar las calles: Salvador Rueda y el legado de Jane Jacobs
Intentemos indagar ahora sobre el origen de este concepto. El gran impulsor de esta propuesta es Salvador Rueda, un psicólogo especializado en temas de urbanismo y sostenibilidad y con una larga trayectoria en instituciones públicas. Si bien los planteamientos concretos de Rueda son novedosos, se basan en principios que llevan décadas en el centro del debate urbanístico y que giran principalmente en torno a la priorización del espacio peatonal.
Tendría sentido por tanto buscar antecedentes en las ideas de Jane Jacobs, figura seminal en el surgimiento y consolidación de las teorías urbanas vigentes. Jacobs (2011) puso a las personas en el centro de su propuesta, analizó situaciones existentes y planteó estrategias como la diversificación funcional para mejorar y revitalizar los entornos urbanos.
En una de las premisas de Muerte y vida de las grandes ciudades, Jacobs recomendaba reducir el tamaño de las manzanas. De entrada podríamos pensar que Rueda se mueve en la dirección contraria de la autora, pero si leemos con detenimiento la explicación de Jacobs, veremos que no es así. El objetivo de reducir manzanas era incrementar y diversificar los flujos peatonales, algo que las supermanzanas consiguen, al menos en parte.
La única objeción de Jacobs que podría ser relevante en este contexto sería que las manzanas grandes dificultan el acceso al transporte público. Pero si éstas se partieran mágicamente como sugieren sus diagramas, es poco probable que el transporte público alterase sus recorridos establecidos. Parecería entonces que las supermanzanas siguen el marco teórico de Jacobs en la mayoría de sus lineamientos.
Ralentizar los flujos y difuminar los límites: Jan Gehl y los “bordes suaves”
En las supermanzanas también podemos vislumbrar conceptos propuestos por el danés Jan Gehl, otro de los grandes referentes del urbanismo contemporáneo. Gehl ha jugado un papel crucial en la peatonalización de Copenhague, pero sobre todo ha ejercido una enrome influencia mediante sus textos. Entre sus ideas rectoras destaca una que es también central para Rueda: reducir las velocidades de circulación. En los prototipos de supermanzana en Barcelona no solo se ha restringido el acceso vehicular, sino que se han aplicado límites de velocidad que podrían parecer excesivamente rigurosos (10 Km/h).
Otra premisa de Gehl (2006) que vemos parcialmente aplicada es la de los “bordes suaves” (llamados “bordes blandos” en algunas traducciones), que pueden consistir en fachadas permeables con actividad social o comercial, o en su defecto en una sucesión de espacios intermedios que difuminen los límites entre lo público y lo privado. En estos casos, la vegetación está llamada a jugar un rol determinante. Es previsible que las condiciones de cada entorno determinen la modalidad de bordes suaves a aplicar y por ende los resultados sean diversos.
En la supermanzana de Sant Antoni vemos un entorno más estimulante por la continuidad de las fachadas y la presencia de comercios. En la del Poblenou en cambio, con volúmenes discontinuos, la interacción entre lo público y lo privado parece depender más de los espacios intermedios. El concepto de bordes suaves sintoniza perfectamente con los objetivos de las supermanzanas y acaso debería incorporarse de forma más consistente al debate sobre el futuro del plan urbanístico. ¿De qué maneras se podría mejorar la interacción entre los edificios y la calle?
Es oportuno recordar un último tema que conforma las teorías de Gehl: su advertencia sobre los recorridos largos y los espacios sobredimensionados. Desde esta perspectiva, las supermanzanas acaso parten con desventaja: en el Eixample de Cerdà las amplias dimensiones de la retícula son un pie forzado y efectivamente en ciertos casos las zonas peatonalizadas pueden parecer excesivas o subutilizadas. Pero justamente por ello es fundamental tomar consciencia de que para transformar el espacio público no solo es necesario crear lugares de estancia y fomentar actividades mixtas: es igualmente importante mantener escalas adecuadas mediante la fragmentación de los recorridos y los espacios.
Barcelona y los ejes verdes: un sistema integral de supermanzanas
Ahora que el proyecto de las supermanzanas está entrando en una nueva etapa, extendiéndose por toda la ciudad, es importante analizar sus logros y las perspectivas de futuro. Podjapolskis (2017), uno de los autores críticos con las supermanzanas considera que su extensión al conjunto del Eixample podría reducir la diversidad del distrito y duda de los beneficios de establecer solo dos categorías de vías: vehiculares y peatonales. Sin embargo esta valoración no parece tomar en cuenta la introducción de los ejes verdes como una tipología adicional.
Los ejes verdes parecen ser justamente los elementos rectores de esta nueva etapa que genera una enorme expectación pero también algunas críticas. Cualquiera que haya vivido en Barcelona entre el 2000 y el 2015 sabe que la calle del Eixample donde todos querían mudarse o abrir un negocio era Enric Granados. Mediante la peatonalización de la vía y el incremento de vegetación, la calle Granados se convirtió en un oasis en el ruidoso barrio y a la vez incrementó su vitalidad.
Si bien en los últimos años han surgido discrepancias por el incremento del espacio que ocupan las terrazas de los restaurantes, lo cierto es que sigue siendo un referente para imaginar los nuevos ejes verdes. Es difícil pensar en una mejor publicidad que mostrar resultados exitosos, y aquí sería interesante señalar también la más reciente remodelación de la calle Cristóbal de Moura, un prototipo de eje verde cuyas aspiraciones exceden visiblemente las del proyecto de Enric Granados.
Es comprensible sin embargo que este cambio de escala de las intervenciones pueda generar dudas, ya que es muy diferente pacificar una única calle que una de cada tres. El propio Salvador Rueda se ha mostrado crítico con las nuevas directrices del Ayuntamiento, que se alejarían de las premisas iniciales (Suñé, 2022). Es indispensable una mantener una concepción integral de la ciudad a futuro, en la que también se prevean las consecuencias negativas del plan para conseguir minimizarlas sin perder los objetivos de fondo.
La transición ecológica de Barcelona: hacia una ciudad más participativa y sostenible
Es difícil elaborar un balance completo y objetivo de las intervenciones realizadas hasta ahora. En todos los casos, queda claro que hay espacio para la mejora, ya sea en cuanto a comunicación, márquetin, toma de decisiones o implementación de diseños concretos. Que casi la mitad de los encuestados aún muestre reticencias sobre las supermanzanas, es más probablemente consecuencia de fallos puntuales de funcionalidad y diseño o de animadversiones políticas, que de un rechazo a los principios rectores de la propuesta (El Periódico, 2023).
En todos los casos, la participación ciudadana está llamada a jugar un papel decisivo en la aceptación y eventual éxito del programa y es claramente uno de los puntos a trabajar. Reforzar y sistematizar el estudio objetivo de los logros de las supermanzanas (factores como el ruido, la contaminación del aire e incluso la interacción entre ciudadanos son perfectamente mensurables), puede ayudar a visualizar mejoras en su implementación y reconciliar a los vecinos descontentos con su nuevo entorno.
Y si en algo se debería tomar como modelo el proyecto de Cerdà, es en su resiliencia. La aplicación heterodoxa de la cuadrícula del Eixample es lo que ha garantizado su supervivencia y extendido su vigencia. El urbanismo nunca ha sido una ciencia exacta y la capacidad de adaptación a entornos de funcionalidad, morfología y densidad diferentes serán claves también, no solo en la consolidación del proyecto en Barcelona, sino también para facilitar su exportación a otras ciudades. Sobre esta iniciativa es recomendable revisar el sugestivo estudio elaborado por Sven Eggimann (2022). En todos los casos, el potencial de las supermanzanas es enorme y no ha dado aún todo de sí. Os invitamos a seguir con nosotros su evolución en los próximos meses y años, sin dejar nunca el pensamiento crítico.
Texto: Pedro Capriata
BIBLIOGRAFÍA
Ajuntament de Barcelona (marzo 2021). Resolución de los concursos de ideas de Superilla Barcelona. https://ajuntament.barcelona.cat/superilles/es/content/resolucion-de-los-concursos-de-ideas-de-superilla-barcelona
Centre de Cultura Contemporània de Barcelona (2014). Salvador Rueda.
https://www.cccb.org/es/participantes/ficha/salvador-rueda/6055
Eggimann, S. (2022). The potential of implementing superblocks for multifunctional street use in cities. Nature Sustainability 5, 406–414.
https://doi.org/10.1038/s41893-022-00855-2
EIT Urban Mobility (2020). How can Superblocks transform public space? | With Salvador Rueda.
https://www.youtube.com/watch?v=H4xPdbPjmzc&t=2s
El Periódico (enero 2023). Aval a los nuevos radares en Barcelona, gran división sobre las ‘superilles’ – Encuesta preelectoral del GESOP.
https://www.elperiodico.com/es/barcelona/20230131/encuesta-elecciones-municipales-barcelona-2023-radares-superilles-patinetes-82220193
Gehl, J. (2006). La humanización del espacio urbano. Editorial Reverté.
Jacobs, J. (2011). Muerte y vida de las grandes ciudades. Capitán Swing Libros.
Podjapolskis, R. (2017). Supermanzanas bajo sospecha: el proyecto de Superislas para Ensanche frente a su alternativa. Universitat Politècnica de Catalunya.
https://upcommons.upc.edu/handle/2117/108293
Rueda, S. (2017). Ecosystemic urbanism: a way to make cities more sustainable. Barcelona Metròpolis, Num 102,
https://www.barcelona.cat/bcnmetropolis/2007-2017/en/author/salvador-rueda/
Suñé, R. (abril 2022). El ‘padre’ de la supermanzana cuestiona por ineficiente el plan del Ayuntamiento de Barcelona. La Vanguardia.
https://www.lavanguardia.com/local/barcelona/20220429/8233036/padre-supermanzana-cuestiona-ineficiente-plan-ayuntamiento-barcelona.html
Wikipedia (2022). Plan Cerdá
https://es.wikipedia.org/wiki/Plan_Cerd%C3%A1
Las Supermanzanas y los ejes verdes de Barcelona, un modelo de ciudad más sostenible
La ciudad avanza en sus iniciativas de regeneración urbana con la incorporación de ejes y plazas verdes
Las supermanzanas: reinventando los espacios públicos de Barcelona
Una de las propuestas urbanísticas más estimulantes de las últimas décadas la encontramos, nuevamente, en la prolífica Barcelona. Se trata de las Supermanzanas o Superilles, un planteamiento que va más allá de lo que implica su nombre y que engloba un proyecto de renovación integral para la ciudad. Como era de esperar, las primeras supermanzanas implementadas han centrado el debate sobre las potenciales cualidades e inconvenientes del concepto. El propio Ayuntamiento de Barcelona las presentó como pruebas piloto, pero también como un cambio de modelo inevitable para garantizar la sostenibilidad de la ciudad en el mediano y largo plazo. Aquí tal vez comienzan los problemas de comunicación porque es como si nos dijeran “prueba esto a ver si te gusta… pero si no, te lo tendrás que comer igualmente”.
Pero empecemos por definir qué son las supermanzanas. En el sentido más elemental se trata de megabloques constituidos por la unión de nueve manzanas preexistentes. La fusión evidentemente no se consigue rellenando los espacios entre manzanas con edificios, sino transformando el espacio público. Los cambios incluyen nuevos usos y restricción del acceso vehicular en favor de los peatones y las bicicletas. Los objetivos incluyen reducir el ruido, el tráfico y la contaminación dentro de estas áreas, proveer a los ciudadanos con más y mejores espacios de convivencia, y en su conjunto, hacer de Barcelona una ciudad más sostenible.
Si bien en teoría este esquema sería aplicable en cualquier ciudad con un trazo regular, resulta especialmente interesante en el contexto del Eixample, el proyecto de ampliación de Barcelona ideado por de Ildefons Cerdà a mediados del siglo XIX. El plan Cerdà no se siguió al pie de la letra, pero se respetaron casi siempre el trazado cuadricular, los anchos de calles propuestos y los característicos chaflanes en las esquinas de las manzanas. Estos chaflanes son los que ahora permiten la creación de plazas públicas de diverso perfil en las intersecciones peatonalizadas.
Revitalizar las calles: Salvador Rueda y el legado de Jane Jacobs
Intentemos indagar ahora sobre el origen de este concepto. El gran impulsor de esta propuesta es Salvador Rueda, un psicólogo especializado en temas de urbanismo y sostenibilidad y con una larga trayectoria en instituciones públicas. Si bien los planteamientos concretos de Rueda son novedosos, se basan en principios que llevan décadas en el centro del debate urbanístico y que giran principalmente en torno a la priorización del espacio peatonal.
Tendría sentido por tanto buscar antecedentes en las ideas de Jane Jacobs, figura seminal en el surgimiento y consolidación de las teorías urbanas vigentes. Jacobs (2011) puso a las personas en el centro de su propuesta, analizó situaciones existentes y planteó estrategias como la diversificación funcional para mejorar y revitalizar los entornos urbanos.
En una de las premisas de Muerte y vida de las grandes ciudades, Jacobs recomendaba reducir el tamaño de las manzanas. De entrada podríamos pensar que Rueda se mueve en la dirección contraria de la autora, pero si leemos con detenimiento la explicación de Jacobs, veremos que no es así. El objetivo de reducir manzanas era incrementar y diversificar los flujos peatonales, algo que las supermanzanas consiguen, al menos en parte.
La única objeción de Jacobs que podría ser relevante en este contexto sería que las manzanas grandes dificultan el acceso al transporte público. Pero si éstas se partieran mágicamente como sugieren sus diagramas, es poco probable que el transporte público alterase sus recorridos establecidos. Parecería entonces que las supermanzanas siguen el marco teórico de Jacobs en la mayoría de sus lineamientos.
Ralentizar los flujos y difuminar los límites: Jan Gehl y los “bordes suaves”
En las supermanzanas también podemos vislumbrar conceptos propuestos por el danés Jan Gehl, otro de los grandes referentes del urbanismo contemporáneo. Gehl ha jugado un papel crucial en la peatonalización de Copenhague, pero sobre todo ha ejercido una enrome influencia mediante sus textos. Entre sus ideas rectoras destaca una que es también central para Rueda: reducir las velocidades de circulación. En los prototipos de supermanzana en Barcelona no solo se ha restringido el acceso vehicular, sino que se han aplicado límites de velocidad que podrían parecer excesivamente rigurosos (10 Km/h).
Otra premisa de Gehl (2006) que vemos parcialmente aplicada es la de los “bordes suaves” (llamados “bordes blandos” en algunas traducciones), que pueden consistir en fachadas permeables con actividad social o comercial, o en su defecto en una sucesión de espacios intermedios que difuminen los límites entre lo público y lo privado. En estos casos, la vegetación está llamada a jugar un rol determinante. Es previsible que las condiciones de cada entorno determinen la modalidad de bordes suaves a aplicar y por ende los resultados sean diversos.
En la supermanzana de Sant Antoni vemos un entorno más estimulante por la continuidad de las fachadas y la presencia de comercios. En la del Poblenou en cambio, con volúmenes discontinuos, la interacción entre lo público y lo privado parece depender más de los espacios intermedios. El concepto de bordes suaves sintoniza perfectamente con los objetivos de las supermanzanas y acaso debería incorporarse de forma más consistente al debate sobre el futuro del plan urbanístico. ¿De qué maneras se podría mejorar la interacción entre los edificios y la calle?
Es oportuno recordar un último tema que conforma las teorías de Gehl: su advertencia sobre los recorridos largos y los espacios sobredimensionados. Desde esta perspectiva, las supermanzanas acaso parten con desventaja: en el Eixample de Cerdà las amplias dimensiones de la retícula son un pie forzado y efectivamente en ciertos casos las zonas peatonalizadas pueden parecer excesivas o subutilizadas. Pero justamente por ello es fundamental tomar consciencia de que para transformar el espacio público no solo es necesario crear lugares de estancia y fomentar actividades mixtas: es igualmente importante mantener escalas adecuadas mediante la fragmentación de los recorridos y los espacios.
Barcelona y los ejes verdes: un sistema integral de supermanzanas
Ahora que el proyecto de las supermanzanas está entrando en una nueva etapa, extendiéndose por toda la ciudad, es importante analizar sus logros y las perspectivas de futuro. Podjapolskis (2017), uno de los autores críticos con las supermanzanas considera que su extensión al conjunto del Eixample podría reducir la diversidad del distrito y duda de los beneficios de establecer solo dos categorías de vías: vehiculares y peatonales. Sin embargo esta valoración no parece tomar en cuenta la introducción de los ejes verdes como una tipología adicional.
Los ejes verdes parecen ser justamente los elementos rectores de esta nueva etapa que genera una enorme expectación pero también algunas críticas. Cualquiera que haya vivido en Barcelona entre el 2000 y el 2015 sabe que la calle del Eixample donde todos querían mudarse o abrir un negocio era Enric Granados. Mediante la peatonalización de la vía y el incremento de vegetación, la calle Granados se convirtió en un oasis en el ruidoso barrio y a la vez incrementó su vitalidad.
Si bien en los últimos años han surgido discrepancias por el incremento del espacio que ocupan las terrazas de los restaurantes, lo cierto es que sigue siendo un referente para imaginar los nuevos ejes verdes. Es difícil pensar en una mejor publicidad que mostrar resultados exitosos, y aquí sería interesante señalar también la más reciente remodelación de la calle Cristóbal de Moura, un prototipo de eje verde cuyas aspiraciones exceden visiblemente las del proyecto de Enric Granados.
Es comprensible sin embargo que este cambio de escala de las intervenciones pueda generar dudas, ya que es muy diferente pacificar una única calle que una de cada tres. El propio Salvador Rueda se ha mostrado crítico con las nuevas directrices del Ayuntamiento, que se alejarían de las premisas iniciales (Suñé, 2022). Es indispensable una mantener una concepción integral de la ciudad a futuro, en la que también se prevean las consecuencias negativas del plan para conseguir minimizarlas sin perder los objetivos de fondo.
La transición ecológica de Barcelona: hacia una ciudad más participativa y sostenible
Es difícil elaborar un balance completo y objetivo de las intervenciones realizadas hasta ahora. En todos los casos, queda claro que hay espacio para la mejora, ya sea en cuanto a comunicación, márquetin, toma de decisiones o implementación de diseños concretos. Que casi la mitad de los encuestados aún muestre reticencias sobre las supermanzanas, es más probablemente consecuencia de fallos puntuales de funcionalidad y diseño o de animadversiones políticas, que de un rechazo a los principios rectores de la propuesta (El Periódico, 2023).
En todos los casos, la participación ciudadana está llamada a jugar un papel decisivo en la aceptación y eventual éxito del programa y es claramente uno de los puntos a trabajar. Reforzar y sistematizar el estudio objetivo de los logros de las supermanzanas (factores como el ruido, la contaminación del aire e incluso la interacción entre ciudadanos son perfectamente mensurables), puede ayudar a visualizar mejoras en su implementación y reconciliar a los vecinos descontentos con su nuevo entorno.
Y si en algo se debería tomar como modelo el proyecto de Cerdà, es en su resiliencia. La aplicación heterodoxa de la cuadrícula del Eixample es lo que ha garantizado su supervivencia y extendido su vigencia. El urbanismo nunca ha sido una ciencia exacta y la capacidad de adaptación a entornos de funcionalidad, morfología y densidad diferentes serán claves también, no solo en la consolidación del proyecto en Barcelona, sino también para facilitar su exportación a otras ciudades. Sobre esta iniciativa es recomendable revisar el sugestivo estudio elaborado por Sven Eggimann (2022). En todos los casos, el potencial de las supermanzanas es enorme y no ha dado aún todo de sí. Os invitamos a seguir con nosotros su evolución en los próximos meses y años, sin dejar nunca el pensamiento crítico.
Texto: Pedro Capriata
BIBLIOGRAFÍA
Ajuntament de Barcelona (marzo 2021). Resolución de los concursos de ideas de Superilla Barcelona. https://ajuntament.barcelona.cat/superilles/es/content/resolucion-de-los-concursos-de-ideas-de-superilla-barcelona
Centre de Cultura Contemporània de Barcelona (2014). Salvador Rueda.
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Eggimann, S. (2022). The potential of implementing superblocks for multifunctional street use in cities. Nature Sustainability 5, 406–414.
https://doi.org/10.1038/s41893-022-00855-2
EIT Urban Mobility (2020). How can Superblocks transform public space? | With Salvador Rueda.
https://www.youtube.com/watch?v=H4xPdbPjmzc&t=2s
El Periódico (enero 2023). Aval a los nuevos radares en Barcelona, gran división sobre las ‘superilles’ – Encuesta preelectoral del GESOP.
https://www.elperiodico.com/es/barcelona/20230131/encuesta-elecciones-municipales-barcelona-2023-radares-superilles-patinetes-82220193
Gehl, J. (2006). La humanización del espacio urbano. Editorial Reverté.
Jacobs, J. (2011). Muerte y vida de las grandes ciudades. Capitán Swing Libros.
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https://upcommons.upc.edu/handle/2117/108293
Rueda, S. (2017). Ecosystemic urbanism: a way to make cities more sustainable. Barcelona Metròpolis, Num 102,
https://www.barcelona.cat/bcnmetropolis/2007-2017/en/author/salvador-rueda/
Suñé, R. (abril 2022). El ‘padre’ de la supermanzana cuestiona por ineficiente el plan del Ayuntamiento de Barcelona. La Vanguardia.
https://www.lavanguardia.com/local/barcelona/20220429/8233036/padre-supermanzana-cuestiona-ineficiente-plan-ayuntamiento-barcelona.html
Wikipedia (2022). Plan Cerdá
https://es.wikipedia.org/wiki/Plan_Cerd%C3%A1